lunes, 21 de octubre de 2013

Primer pensamiento - Muerte...

Eran las 5:38 am cuando empece a escribir esto, tenia demasiadas cosas en la cabeza y queria contarselas a alguien...

No pude decidirme como empezar  a escribir así que sólo lo hice, pues han pasado cosas interesantes esta noche y mantengo la mente en blanco para no caer de nuevo en la locura, la egolatría, el narcisismo y la victimización causadas por la fatiga mental que tengo desde hace ya varios días, agudizada por una inesperada muerte.

No esperaba encontrar un cadaver el día de hoy, y mucho menos de un ser querido. Al principio me negaba a creerlo pero finalmente acepte la realidad, a los pocos segundos de encontrarlo, con un nudo en la garganta, no pude llorar...

Con la frente en alto baje las escaleras y me dirijí al jardín a cavar la última morada de aquel ser querido. Al terminar, subí las escaleras de regreso para darle sepultura a aquel amigo fiel que me acompaño por más años de los que debería haber vivido, bajo la silenciosa mirada de mi madre y mi hermana que luchaban por contener las lagrimas.
Era una extraña sensación el sostener en mis manos el frio cuerpo sin vida de aquel tibio compañero. Un nudo más grande se formaba en mi garganta, haciendo imposible tragar algo, y otro más grande se formaba en mi estomago. Una sensación de vacio se apoderaba de mi con cada paso que daba hasta llegar a aquella tumba bajo el arbol que había cavado.
Tras unas plegarias, deposité el inherte cuerpo de mi amigo en aquel lugubre lugar.

"Polvo al polvo y tierra a la tierra. Aquello que proviene de la tierra, a ella siempre regresa. Toda alma regresa a Gaia, el espiritu de la tierra de donde todos provenimos. No es el fin del camino, es apenas el comienzo de uno nuevo."

Con una cubierta de cal, sepulte a mi fiel amigo sin importarme llenarme de tierra mis manos y mi ropa. Eleve a Dios un Padre Nuestro, un Ave Maria, un Gloria y otra oración cuyo nombre no recuerdo. Recordé por última vez aquellos felices momentos que pasamos juntos antes de levantarme de su tumba, que adorné con una planta del jardín. Al levantarme me di cuenta de que mi madre abrazaba a mi hermana en un intento de consolarla mientras ambas lloraban; me sentí mal por no haber podido derramar una sola lagrima por aquella hermosa bola de pelos que no era más grande que mi mano cuando llegó.

El shock de su muerte aún no desaparece, y aún espero poder derramar una lagrima por su muerte.

Querido lector, tal vez no te conosco pero en ti confio, prueba de ello es el hecho de haber compartido contigo algo que no hubiera dicho a nadie.
Te agradesco te hayas tomado el tiempo para leer lo quería decir.

"Descance en paz, Remi, mi fiel amigo y compañero"

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